El siguiente fragmento ha sido extraído del libro Transforma tu vida del venerable
Gueshe Kelsang Gyatso.
Hay quienes piensan que la mente es el cerebro o alguna otra parte o función del cuerpo, pero esto es incorrecto. El cerebro es un objeto físico que se puede ver, fotografiar y someter a una operación quirúrgica.
En cambio, la mente no es un objeto material y no se puede ver, fotografiar ni operar. Por lo tanto, el cerebro no es la mente, sino una parte más del cuerpo.
No hay nada en nuestro cuerpo que pueda identificarse con nuestra mente porque son entidades diferentes. Por ejemplo, aunque nuestro cuerpo esté quieto y tranquilo, nuestra mente puede estar ocupada con diversos pensamientos, lo que indica que nuestro cuerpo y nuestra mente no son una misma entidad.
En las escrituras budistas se compara el cuerpo con un hostal y la mente con un huésped. En el momento de la muerte, la mente abandona el cuerpo y viaja a la vida siguiente, al igual que el huésped deja el hostal y se traslada a otro lugar.
Si la mente no es el cerebro ni ninguna otra parte del cuerpo, entonces, ¿qué es? Es un continuo inmaterial cuya función es percibir y comprender objetos. Debido a que la mente no es un fenómeno físico y carece de forma, los objetos materiales no pueden obstruirla.
Es importante que aprendamos a distinguir los estados mentales que son apacibles de los que no lo son. Como ya se ha mencionado en el capítulo anterior, los que perturban nuestra paz interior, como el odio, los celos y el apego, se denominan perturbaciones mentales o engaños y son la causa principal de todo nuestro sufrimiento.
Quizá pensemos que los culpables de nuestros problemas son los demás, la falta de recursos materiales o la sociedad en que vivimos, cuando, en realidad, son nuestros propios estados alterados de la mente. La esencia de la práctica de Dharma es reducir y finalmente erradicar por completo todos nuestros engaños, y sustituirlos por la paz interior permanente. Este es el verdadero significado de nuestra existencia humana.
Lo más importante que aprendemos con el estudio de la mente es que la liberación del sufrimiento no se encuentra fuera de ella. La liberación permanente solo puede encontrarse purificando la mente. Por lo tanto, si deseamos liberarnos de los problemas y alcanzar verdadera paz y felicidad, hemos de mejorar nuestro conocimiento y comprensión de la mente.
Para más información sobre la naturaleza y funciones de la mente, véase Comprensión de la mente.
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